Lección 1.412 Entréguenle a Dios sus sentidos y sus sentimientos.

Viernes - Ene 11 2019

Lección

No 1.412

 Entréguenle a Dios sus sentidos y sus sentimientos.

 

 

1. La peor de las enfermedades de estos tiempos es el embotamiento y perdida de los sentidos y de los sentimientos.

 

2. Uno de los más grandes regalos de Dios, para la felicidad de ustedes, son los sentidos (del cuerpo y del alma) y los sentimientos.

 

3. Perder los sentidos y los sentimientos, es uno de los peores azotes para los seres humanos. El ser sin sentidos y sin sentimientos, es un solitario desposeído de todo y, por lo mismo, necesitado de todo.

 

4. Oren, oren, oren...

Oren siempre.
Sean oración.

 

5. Imiten a María Santísima, la Inmaculada Concepción y siempre Virgen, Nuestra Señora de la Nueva Alianza, Madre, Maestra y Modelo para ustedes.

SÍNTESIS

 

Ante el embotamiento y la carencia de los sentidos y de los sentimientos, lo prudente es, entregárselos a Dios, con humildad y con prudencia, para que él se los devuelva. Para eso pidan. Recuerden la súplica del ciego Bartimeo.

 

Por hoy basta.

Bendiciones, bendiciones, bendiciones.

 

Raya

 

 

 

3:19 a.m.

Firma Secretario

 

 

 

Repitan:

Dios mío:

Limpia mi corazón

para que hoy día

haga tu voluntad

y esté Contigo.

Amén

Raya

 

Al margen del Acta:

 

No esperen a mañana; hoy decídanse a vivir una vida nueva, en la cual se conviertan en testigos del poder y del amor de Jesucristo. Ustedes lo necesitan y los otros, sus hermanos, también lo necesitan y, además, ellos necesitan el testimonio de ustedes, para vivir en la eficacia de la vida nueva, que solamente Dios les puede dar en plenitud.

 Tu misión hijo mío, en esta vida y en la otra, es avivar la fe de tus hermanos que me buscan, o que ya nada esperan, porque han perdido la fe y la esperanza. Diles que aun es tiempo de creer y, para eso, muéstrales la Luz. ¿Lo entiendes? ¿Me entiendes? Por tanto, usa tu carisma. No dejes que nadie se vaya de donde tú estás sin creerle a Jesucristo. Él avalará tu fe. Ánimo. Por tanto: adelante y arriba, como el que va a la victoria y regresa con el triunfo.

 Sé bendito. Todos sean benditos.