"Si ustedes  son vírgenes, Dios está en ustedes.

Sean santos y perfectos, como el Padre que tienen en la tierra y en el Cielo.

El Padre Celestial es la medida de la perfección de ustedes, según mi propio mandamiento.

La Iglesia verdadera, Católica, Apostólica, Romana, no es todo lo santa y perfecta que debiera, porque ustedes sus fieles y más que fieles (porque en realidad no lo son) adeptos, jerarcas, presbíteros en general, religiosos y seglares, no lo son, en la medida en que debieran.

En muchos, y es la mayoría, tengo que repetir con tristeza:

"Estos me honran con los labios, más no con el corazón."

Casi, pudiera afirmar:

"Estos no me aman. Estos, diciendo o fingiendo amarme, me traicionan y me niegan."

Revisen todos sus conductas: jerarcas, presbíteros, en general, religiosos y seglares, y respóndanse a sí mismos, a la luz de mi Espíritu:

"¿La conducta de ustedes es mejor que la conducta general de las gentes sin Dios?

¿Ustedes, en verdad, creen lo que afirman?

¿Ustedes hacen lo que dicen?

Más aún: ¿Ustedes viven lo que dicen?

¿La fe de ustedes es más fuerte que las palabras de ustedes y sus ritos?

¿Por qué morirían ustedes: por su fe o por sus ritos y palabras?

¿Están seguros que la fe de ustedes y los ritos y las palabras de ustedes son idénticos?

¿No creen que entre la fe de ustedes y sus ritos y palabras hay un divorcio real; por lo que fe y ritos y palabras no se identifican?

¿Creen y están seguros de que la fe de ustedes es la fe en Dios y que, ella, es tan grande y tan genuina, como la de Abraham, la de Moisés, la de Noé, la de María Santísima, la Inmaculada Concepción y siempre virgen, la de José, varón prudente y justo, la de Francisco de Asís y tantos otros que, por ella, todo lo han dejado y todo lo han creído, sin alternativas; porque ciega es la fe verdadera, como lo es el Amor y, por lo mismo, no razona, no cuestiona, no juzga, no condena?

-          La fe verdadera es hermana del verdadero amor.

Por eso es libre y limpia. Por eso, igualmente, anida solamente en corazones limpios y libres, esto es: vírgenes.

¿Así es la fe de ustedes?

¿Ustedes creen, porque Dios es Dios y El es y hace como El es y hace?

¿Creen sin los artilugios y las ciencias de ustedes, por el solo hecho de que a Dios hay que creerle?

Respondan:

¿Eso mismo les sucede con las palabras y los ritos de ustedes?

¿Sus palabras y sus ritos están subordinados a la fe de ustedes o la fe de ustedes está subordinada a las palabras y los ritos de ustedes?

¿Eso les parece bueno y normal?

¿No ven en eso una falla?

Si la ven es grave. Pero si no la ven es mucho más grave.

Es grave, en el primer evento, porque indica  que hay algo malo, lo cual se debe corregir. Es mucho más grave en el segundo evento; porque indica que ustedes están mal y deben ser tratados y corregidos, para un cambio.

Examínense a fondo, con humildad y con prudencia..."

Aparte del Acta 366 

Revista María Hoy
Bogotá, 
Viernes, Marzo 6, 1987 - 06:04