"Dios ama al pecador que se arrepiente. Es más: Dios ama al pecador, no porque lo sea; sino porque Él quiere liberarlo...." Acta 1.017

Domingo - Sep 25 2016

De nuestros sacerdotes - escuchar: 

No dejen caídos en la ruta.

Sanen los heridos.

Resuciten a los muertos.

Alegren a los tristes.

Liberen a los oprimidos, justifiquen a los descarriados, llámenlos, atráiganlos, como lo hace el Buen Pastor con la oveja descarriada.

Sean, ustedes, mansos y humildes de corazón.

Sean pacíficos.

Sean justos.

Sean veraces.

Sean limpios.

Sean libres.

Sean Santos y perfectos, como el Padre que tienen en la tierra y en el cielo.

Sean luz y sal del mundo, Comprendan, Perdonen, Liberen, Justifiquen, Salven a todos sus hermanos sin excepcionar a nadie.

Oren, oren, oren....oren siempre. Sean oración.

Esfuércense cada día en ser mejores. Si caen, no se queden caídos, por falso temor a Dios y por vergüenza mal interpretada. Levántense. Levántense. Levántense

Si retroceden, no se queden atrás. Reemprendan la marcha. Empiecen. Vuelvan a empezar. Así, de caída en caída; pero levantándose tras cada caída; de fracaso en fracaso; pero esforzándose en la marcha, es como se gana la victoria. Por eso, ya lo saben y es cierto, el Reino de los Cielos lo arrebatan los valientes que se esfuerzan y persisten. No hay santo de chocolate o parafina, ya se los he dicho. El santo es un héroe de madera terca y recia, capaz de luchar, insistir, persistir y resistir.

No son los que nacieron buenos y al primer fracaso se sientan a rumiar sus desengaños.

Son los que tienen madera como ustedes de impotencia, de soberbia, de pecados y miserias; pero que saben violentarse en el esfuerzo por ser buenos y mejores.

Cuantos más caídos se sientan redoblen sus esfuerzos. Dios, el Santo y el Perfecto, no abandona a los caídos que anhelan levantarse y avanzar. El por el contrario, los asiste y los anima. Él es el Buen Pastor.

Y no descansa en buscarlos y en ayudarlos, no importa cómo y dónde estén.

Oigan su voz, miren sus señales......

Nadie se quede caído por falso temor a Dios y por vergüenza mal interpretada. Nadie, por lo mismo, deje caído a ninguno de sus hermanos, por malo y pecador que le parezca.

Ayúdelo aunque tenga la certeza de que tan pronto como se levante volverá a caer. Y, aún más, aunque sepa que caerá incontable veces. Un día llegará en que no caiga; pero si sigue cayendo indefinida y tercamente, eso no los inquieta y justifique para no ayudarlo. Muéstrenle con su empeño que lo aman. Muéstrenle el amor. Dios no se cansa de amar. El que es amor, los ama siempre y a pesar de todo.

Si ustedes son de Dios, amen como El. El amor hace que justifiquen, que salven, que perdonen.

Por el amor ustedes todo lo comprenden. Lean, relean, mediten, reflexionen y asimilen 1 Corintios 13.

Hagan ejercicios constantes de limpieza moral, de libertad moral, de verdad, de justicia, de comprensión a sus hermanos, de servicio de amor.

Avancen cada día. Si caen, levántense. Si retroceden, no se acongojen, vuelvan a empezar. Empiecen donde estén y como estén. Lo importante es decidirse. Eso le agrada al Padre que tienen en la tierra y en el cielo y al Buen Pastor, Jesucristo, el salvador resucitado, que los lleva a Él.

Ayúdense los unos a los otros. Para eso hagan células climáticas trinitarias o trinitarias de ambientación;

Esfuércense; Esfuércense! Esfuércense!

Dios ama al pecador que se arrepiente. Es más: Dios ama al pecador, no porque lo sea; sino porque Él quiere liberarlo.

Todo cambiará en la medida en que ustedes cambien. Cambien ustedes y todo cambiará. Esfuércense en cambiar. Cualquier tiempo y lugar son buenos para hacerlo.

Empiecen ahora y aquí. Esto es. YA! Empiecen "Ya" a cambiar y todo, en ustedes y a través de ustedes, empezará a cambiar, por la acción, criterio, plan y voluntad de Dios.

Oren, oren, oren.......oren siempre. Sean oración, imiten a María Santísima la Inmaculada Concepción y siempre Virgen.