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Leccion Numero:
Lección
Nº 36
Reúnanse para crecer y persistir.
1. Reúnanse periódica y persistentemente, en grupos trinitarios y en asambleas periódicas.
2. Reúnanse, para orar.
3. Reúnanse, para hacer memoria de las gracias recibidas.
Esto, impregnará, en ustedes, el espíritu de María, la Inmaculada Concepción, Madre, Modelo, Maestra, Mandamiento, Misterio y Mensaje recibido, como gracia.
- María es agradecida de los dones recibidos.
- María es humilde. Por eso, sabe que es pequeña y pobre.
Por eso, sabe que Dios, Yo, Nosotros, el que Soy, el que Somos, es Omnipotente y es el que Es; por eso se anonada y lo bendice y adora y agradece.
Recuerden el Magníficat.
4. Reúnanse, para expiar.
San José es el Modelo.
María nunca tuvo pecado.
José tuvo el pecado original. Este pecado, lo liga a José, con el género humano, en su aspecto pecador, del cual, por gracia, libre fue María.
En esto, José, expía con ustedes. Por eso su silencio y su entrega humilde, que es expiación.
En sus reuniones invoquen a José.
Él, amerita la expiación de ustedes y los introduce en ella.
5. Reúnanse con los ángeles.
Ellos se unen a María, de quien siervos son, y a José que ángel también es, por su humildad y su pureza.
Ellos, ameritan la oración que ustedes hacen, orando por ustedes y, al tiempo con ustedes.
Las deficiencias de ustedes, ellos, suplen.
Por eso, astucia del malo, es negarlos, afirmar que ellos no existen.
6. Oren. Oren. Oren.
- Oren, como ya lo saben.
- Oren al Padre.
- Oren al Hijo.
- Oren al Espíritu Santo.
- Oren con María.
- Oren con José.
- Oren con los ángeles.
- Oren, como María y José.
- Oren, como los ángeles.
- Oren.
- Oren.
- Oren.
- Oren siempre.
- Sean oración.
7. Recuenten los dones del Altísimo.
- Descúbranlos.
- Agradézcanlos
- Disfrútenlos.
Esto hará que ustedes se anonaden y se humillen ante Él, el que Es, el Santo de los santos.
Y hará también que reconozcan su grandeza, la grandeza del que Es.
8. Tengan alma dócil. Sean sensibles.
Esto, hará que oigan y sigan los impulsos del Espíritu Santo, en ustedes.
9. No sean sordos.
El Espíritu Santo les habla con mil lenguas y en todos los idiomas que, en Él, uno es: el del Amor.
El diablo tapona, a su modo los oídos, los ojos y la sensibilidad, pretendiendo, contra la libertad de ustedes, que el Espíritu de Dios respeta, que no oigan, no sientan y no vean.
Azótenlo. Sepárenlo, Detéstenlo.
Para eso: Oren.
- Oren.
- Oren.
- Oren.
- Oren, como ya lo saben.
- Oren al Padre.
- Oren al Hijo.
- Oren al Espíritu Santo.
- Invoquen a la Santísima Trinidad que fuerza y fuerza Omnipotente tiene.
- Invoquen a María.
Ave María
Ave María
Ave María
Ave María
Ave María
Ave María
Ave María...
Así: 7 veces.
Y el diablo no resiste. Huye.
- Oren con María.
- Oren con José.
- Oren, como María y José.
- Oren, con los ángeles.
- Oren, como los ángeles.
- Oren.
- Oren.
- Oren.
- Oren siempre...
- Sean oración.
Este tercer paso, los hace persistir.
Es eficaz.
Dios los llama siempre.
No lo olviden:
María.
José.
Los ángeles...
Son los mensajes eficaces del Espíritu Santo. Son, a la vez, sus mensajeros.
Son carta y carteros del Espíritu.
- Oigan,
- Vean,
- Sientan,
- Lean el mensaje.
Dios les habla, porque Dios les ama.
Piensen en esto:
¿No vieron, oyeron y sintieron cosas raras, ayer, en todo el día?...
¿Quién creen que, a ustedes, convocó de modo tan insólito?
Nadie llegó por azar y para nada.
Piénsenlo.
Medítenlo...
No hubo uno solo de quienes concurrieron a mi encuentro, en torno de esa mesa, que por mi Espíritu y, a través de mis medios eficaces, no hubiese sido, por Nosotros, convocado, para nuevas luces, consignas, lecciones y depósito de gracias.
Todos. Todos. Todos.
Absolutamente todos los que a mi mesa se sentaron, eran invitados.
Así siéntanlo.
Así vívanlo.
Así gózenlo.
No hagan acepciones de personas.
Yo, el que Soy, sé cómo obro y para qué.
Aprendan la lección.
Agreguen esto, como Nº 9, en la lección presente.
10. Déjense guiar por el Espíritu.
11. ¡Oigan! ¡Sientan! ¡Vean! Vivan los mensajes del Espíritu. Practíquenlos.
Piensen, reflexionen esto:
De entre quienes en torno mío estuvieron reunidos en mi mesa tomé cinco.
De esto, ya les hablaré, y lo haré extensamente en el futuro.
Pero en ustedes, el 5 ha sido un número constante.
Y, ya les dije que es la firma de José y que la Estrella de Belén, él representa.
Yo, el que Soy, el que Somos, el Santo de los santos, Yo no me equivoco. Yo sé por qué y para qué digo y hago, según mi voluntad.
¿O es que no les he afirmado que quiero, que queremos replantear la historia, por amor a María, la Inmaculada Concepción,
Madre,
Modelo,
Maestra,
Mandamiento,
Misterio,
Mar de gracias,
Manantial de luz,
Mensaje del Altísimo,
María, concebida sin pecado original?
¿Creen que no puedo?
¿Creen, que el impotente algo puede contra Mí?
¡No!
¡No!
¡No!
¡El no puede!
¡El, es impotente!
¡Él, está vencido!
El reino que fue suyo tambalea.
¿O no recuerdan, ustedes, que hemos afirmado, que "todo pasará, menos el que Es, la Palabra del que Es?..."
Y eso es así.
Todo, todo, todo, absolutamente todo pasará. Solo, Yo, el que Soy, el que Somos, siempre hemos Sido, hoy Somos, siempre Seremos.
Nosotros no pasamos. No hemos pasado. No pasaremos.
.Cree.
.Crean.
.Créanlo.
Y confiésenlo.
El reino de Satanás es Satanás.
Como, el Reino de Dios, es Dios.
Si Satanás, no es, si está vencido... Su reino no es.
Y, por eso, sobre el reino de él; el Reino de Dios estará siempre, porque Dios es, siempre Es. Él Es, el que Es, el que siempre ha Sido; el que Será por siempre.
Jacques, mi amado loco simple; porque loco, con mi locura es, tenía razón en las luces que, por mi inspiración, a ustedes dio:
Tenía razón en lo de la estrella con cuya señal el malo quiso imponer su mal gobierno.
Ha sojuzgado y dañado, con ello, muchas cosas.
Ha pretendido imponer el materialismo, como el poder del hombre; y ha logrado apariencias de triunfos, con hombres insensatos que fracasos son, como el señor de ellos.
Pero eso tiene un límite.
Como José, es señal del hombre pecador, por haber tenido él, en él, el pecado original, no otro; José, a partir de ahora y en esta Era nueva de la Luz, será el signo del pecador arrepentido, humillado y, por eso, del pecador justificado, quien volverá a su sitio de orden, en armonía con el que, en verdad, su Dios y su Señor lo es.
Sobre la estrella del malo, la Estrella del que Es Santo.
Santo.
Santo.
Santo...
brillará para siempre, confundida en la Luz del que es la Luz, el Santo de los Santos, el Mesías, Dios, tu Dios y tu Señor, el Verbo, la Palabra encarnada en las purísimas entrañas de la Virgen.
La Estrella de Belén, como a tí te lo he enseñado y, a través de tí, a todos en mi Orden, es y será siempre la señal de la derrota total del reino del malo, del que siempre fue derrota y derrota será.
Su reino, él, no prevalecerá.
Ya, el Salvador Es el que Es desde siempre.
Y Él Reina.
Él, Impera.
Él Nace y reina en el corazón de cada hombre de buena voluntad.
Bendíganme.
Ustedes, hijo, sino saberlo, sin pensarlo, por gracia de excepción, al reunirse 5, en acto inexplicable, son sus cinco puntas consagradas como la Estrella del varón Justificado, que es la Estrella de Belén, o Estrella de José.
Amén.
Amén.
Amén.
Por hoy basta.
Bendiciones.
Bendiciones.
Bendiciones.
6:48 a. m.
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