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Leccion Numero:
Lección
No. 171
Vértigo de santidad o Vértigo de Conversión.
1.- Dios es el Altísimo y a la vez es la profundidad eterna.
2.- Dios es el que Es. Y, el que Es, aterra, desde su eterna realidad de Dios y frente a ella.
3.- Nadie que se acerque a Dios deja de sentir los efectos inexplicables de su inimaginable grandeza; de su profundidad y de su altura.
4.- Los escaladores de montañas y los buzos tienen experiencias novedosas sobre los cambios de conducta frente a lo alto y a lo hondo.
5.- La altura y el abismo producen sensaciones variadas, que son sintomáticas. Ellas van desde las alteraciones sensoriales hasta la pérdida del conocimiento y la conciencia.
6.- El ascenso o el descenso incontrolados pueden producir consecuencias lamentables. Pero son previsibles y tienen remedio.
7.- Igual que en lo físico y biológico, sucede en el orden del espíritu. Dios es Altísima altura y abismo profundísimo; porque es eterno. El Eterno.
8.-Ahondar en la presencia de Dios trae o produce experiencias serias, definitivas, impactantes; como subir a las alturas del cielo o descender a los abismos del mar.
9.- ¿Qué es "el vértigo de conversión" o "vértigo de santidad o santificación?... (De cualquiera de esos modos pueden llamarlo) Es la sintomatología de la presencia de Dios.
10.- ¿Cómo se detecta?
Si avanzan con seriedad en el "estado-proceso" de santificación o "arte-misterio" de recibir, vivir y dar a Jesucristo, el Salvador resucitado, esto es: de "cristofinalización, pueden experimentar diferentes síntomas espirituales, anímicos y físicos.
No se aterren. Todos los santos, en mayor o menor grado, los han experimentado. Son las arideces o los llamados "noches" o "desiertos" en la vida de los santos.
Se pueden detectar, exactamente, por la forma y circunstancias como se presenta:
a.- Ustedes buscan a Dios
b.- Dios es la meta.
c.- Ustedes hacen lo que Dios quiere.
d.- Ustedes quieren lo que Dios quiere.
e.- Ustedes oran.
f.- Ustedes se esfuerzan en ser mejores. En vivir y hacer como Dios quiere.
g.- De pronto y sin saber cómo y por qué, se dan cuenta que no avanzan, que son como inaccesibles los caminos y sienten terribles sentimientos de impotencia, de frustración, de soledad, de culpa y de abandono. Dios ha desaparecido. Ha caído como la noche sobre ustedes y, en torno, todo es oscuro e imposible.
h.- Hay excitación en sus sentidos. Hay nauseas. Hay abatimiento. Hay postraciones y delirios. Se enervan sus sentidos y las sensaciones más absurdas los invaden. Oyen como voces y ven como imágenes que les sugieren la inutilidad de Dios y la satisfacción de los placeres, por los medios más corrientes. Todos los instintos como que despiertan y se rebelan desbocados.
i.- Es el momento de la prueba de Jesús en el desierto. Es la hora de las tentaciones. Están en los límites más altos de la humanidad de ustedes y en la cercanía profunda del Espíritu de Dios y su presencia.
j.- La presencia de Dios, inaccesible e inescrutable Altura e insondable Abismo; porque Él es el Eterno, produce vértigo.
Si no están preparados se extravían porque el malo los engaña sorprendiéndolos.
11.- ¿Qué les revela e de qué es sintomático "el vértigo de conversión", de santificación o de santidad?... (llámenlo en cualquiera de esas formas).
a.- Que Dios existe.
b.- Que Dios está presente.
c.- Que Dios es el Señor.
d.- Que están en buen camino.
e.- Que hay un proceso serio de conversión y de santificación por tanto.
12.- Precauciones:
a.- Están advertidos de que pueden suceder todos los síntomas anotados y aun otros.
b.- Saber e recordar que, en mayor o menor grado, los han experimentados todas las personas o santos que a Dios se han acercado y tanto más cuanto más avancen.
c.- Recordar "la noche" o "los desiertos" de la vida de los santos. "desiertos" o "noches" más o menos largos y profundos; pero que han pasado con el saludable efecto del total encuentro con el Señor allí presente en todo tiempo.
d.- Orar, orar, orar. Orar siempre. Ser oración.
13.- Remedios:
a.- No bajar la guardia.
b.- No apartarse de Dios.
c.- Orar siempre.
d.- Refugiarse en María Santísima, la Inmaculada Concepción y siempre Virgen.
e.- Invocar el Santo Nombre de Dios constantemente, aunque no sientan ganas de hacerlo y aunque no les diga nada.
f.- Repitan siempre: "Dios mío: Lléname de ti:"
Y si no quieren eso; por lo menos: "Dios. Dios. Dios…"
El Santo Nombre de Dios basta. Él lo puede todo y todo hace.
g.- Imiten a María Santísima, la Inmaculada Concepción y siempre Virgen: reciban, vivan, y den a Jesucristo, el Salvador resucitado, en todo tiempo.
h.- Sean mansos y humildes de corazón. Sean prudentes.
i.- Desoigan las voces y las imágenes del tentador y malo que acecha e irrumpe con incidía, para confundirlos y arruinarlos.
j.- Recuerden la caída de Adán y Eva. (Génesis 3,1-24)
k.- Recuerden "las tentaciones de Jesús en el desierto. (Mateo 4,1-11)
l.- Oren, oren, oren... Oren siempre. Sean oración.