Lección 35 2do Paso de la Persistencia

Leccion Numero: 

35

 

Lección

 Nº 35

2º Paso de la Persistencia.

Ir de menos a más.

Nada se hace al contrario, a menos que monstruoso sea.

Todo lo que es grande, parte siempre de lo elemental; de lo que es simple y pequeño: el cosmos hecho es con infinitecimales partes pequeñísimas de átomos, los "mili-quartz y los mili-dina-quartz" aun no identificados por el hombre.

El desierto es consecuencia de granos simplícimos de arena. Esto es, de partículas elementales de materias sólidas.

El mar es suma de gotas elementalísimas de agua; sin las cuales, en sí y como tales, no sería.

El hombre es fruto de una célula muy simple. Pequeñísimo es su origen.

Así son todas las creaturas; por grandes y fuertes que parezcan, siempre parte de simplísimas partículas pequeñas.

Cada semilla lleva un bosque en sus entrañas.

Cada gota, un mar.

Cada grano de arena, los desiertos.

Cada esperma, en germen, la humanidad entera.

Cada mili quartz y cada mili-dina-quartz, el secreto esencial de todo el universo, en su orden físico.

No hay día sin aurora.

Ustedes, en la aurora están del día grande del que Es.

Solo, Él, el que Es, todo lo sabe a pleno día.

Y, solo, en Él, el que en humilde aceptación y entrega ande, verá la plenitud del día del que es Santo.

Santo.

Santo.

Santo.

Y podrá comprender y usar con eficacia lo que es suyo, de Él, el que Es, el que Somos, el Santo de los Santos, Dios, tu Dios y tu Señor.

Por eso, ustedes en mi Orden, en esta Orden novísima y grande de Esclavos de la Esclava de Dios, caigan de rodillas y adoren el misterio.

Dios es el Señor y solo Él basta.

Este es el Secreto Revelado. El Gran Secreto de la Vida Eterna.

En esto consiste, lo he dicho ya, en los Evangelios, el secreto, la clave de la Vida Eterna:

En que a Mí, el Señor, Jesús, el Salvador, se me conozca. Y en que al Padre Celestial, Único, Grande, Bueno, Sabio, Omnipotente se conozca, se sirva, se obedezca. En resumen: En que a Él y a Mí se nos ame.

Nada hemos hecho sin un fin.

La ciencia de Dios, no está vedada al hombre.

De ella, el hombre puede disfrutar, en la medida en que de Dios sea invadido.

Por participación la ciencia es revelada y dada al hombre.

Pero, solo Dios la da; porque es suya; en Él está; pues, parte de su esencia es.

¿Por qué, entonces buscarla en otros manantiales?

¿Cómo hallar luz donde hay solo oscuridad?

¿Cómo pretender ciencia donde Dios no está, si Él es la Ciencia?

La verdadera sabiduría, hijo, está condicionada, para el hombre:

 

  • Solo Dios la tiene.
  • Solo Dios la da.

 

Para tenerla y recibirla, hay condiciones:

 

  • Humildad.
  • Pobreza de Dios.
  • Aceptación de Dios.
  • Conciencia de la propia pequeñez y de la propia impotencia.
  • Conciencia o aceptación de que solo Dios puede y quiere revelarse.
  • Conciencia de que solo cuando Dios se revela, hay sabiduría, así como, solo cuando el Sol asoma, aún oculto entre las nubes, hay día.

 

Para eso:

 

  • Oren.
  • Oren.
  • Oren.
  • Oren, como ya lo saben.
  • Oren al Padre.
  • Oren al Hijo.
  • Oren al Espíritu Santo.
  • Oren con María.
  • Oren con José.
  • Oren como José y María.
  • Oren.
  • Oren.
  • Oren.
  • Oren siempre.
  • Sean oración.

 

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