Submitted by linosevillano on
Leccion Numero:
Lección
Nº 21
Miren el amanecer.
Miren las flores.
Miren el agua de los ríos.
Miren el modo de hacer del campesino.
Miren los picos de las aves.
Miren el paso de los vientos y las nubes.
Miren la manera de ser y hacer de la naturaleza y de todo lo que en ella es natural.
Todo está hecho y obra hacia lo otro.
Nada se da para sí mismo.
Nada es, en exclusividad, para sí mismo; pero, a la vez, colma y plenifica.
El amanecer es siempre alegre; porque se da en colores, prodigándose, como un testigo y testimonio de que Yo estoy y Soy.
Las flores no se encierran. Cada capullo se abre y se deshace en aromas y en colores.
La flor se da. Por eso es alegría y como tal alegra.
Es mi alabanza.
Testigo es de que Yo Soy.
El agua de los ríos no se encierra y saborea a sí misma, como quien se rumia.
Se da. Es fresca. Es alegre. Refleja todo lo creado y canta.
Es alegre. Da alegría.
No se anuncia.
Se olvida de sí y me pregona.
Por eso vive y da mi vida.
Donde hay agua hay vida.
Yo Soy. Yo estoy. Yo doy.
El campesino madruga lleno de esperanza a labrar la esperanza, sembrando y cultivando.
La cosecha que sacia el hambre es su promesa y su alegría.
El campesino me anuncia sin saberlo en la constancia renovada de su entrega.
El redime la tierra con su sangre y su sudor.
Por eso, corredime conmigo.
Sin el campesino no habría pan sobre la tierra.
Mírenlo y hagan como él, en el modo de darse sobre el mundo. Siembren, como él, los trigos y semillas de mi amor y de Mí gracia.
Las aves abren sus picos levantados para cantar y dar sus trinos.
Son para comer se abren hacia el cielo.
Los pájaros hacen alegres los espacios.
Imítenlos. Sean alegría.
Los vientos y las nubes avanzan llenando los espacios de variadas y cambiantes expresiones y motivos.
Qué monótonos serían los espacios y qué muertos, sin las nubes y los vientos!
Imítenlos!
Llenen, como ellos, de expresiones de amor al universo.
Den Mí amor con alegría renovada y persistente.
Miren la naturaleza y todo lo que en ella es.
Como tal y tales obren, hacia todo. En unidad y en armonía con todo. Por eso en los espacios grandes y pequeños se balancean con increíble equilibrio los unos y los otros seres y cosas, grandes o pequeños.
Hagan así.
Para eso:
Oren. Oren. Oren.
Oren al Padre.
Oren al Hijo.
Oren al Espíritu Santo.