Lección 16 Maestros de conversión

Leccion Numero: 

16

 

Lección

Nº 16

Maestros de conversión

El encuentro con el que Es; con el Santo de los Santos, la Santísima Trinidad, Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, que tal sucede, por un grande misterio, incomprensible para ustedes, cada vez que conmigo o con el Espíritu Santo se encuentran, produce anonadamiento.

Hay un sentimiento doble:

* De pequeñez hacia ustedes mismos y

* De exaltación, de grandeza hacia nosotros, que deslumbra empequeñeciéndolos a ustedes y engrandeciéndonos, a nosotros, como son y como somos, en la mutua relación.

Este sentimiento doble, produce a la vez varios efectos secundarios:

1- Reconocimiento de culpa, en la criatura pecadora y de pequeñez e indignidad.

2- Reconocimiento de pequeñez y de pobreza, en la no pecadora.

3- Son los casos de Pedro y de María, la Inmaculada Concepción.

4- Pedro era pecador, en sí, como todas las criaturas del género humano.

No estaba pecando al encontrarme y al reconocerme, como le muestra el Evangelio, en los pasajes de la pesca milagrosa, antes de mi muerte y después de mi resurrección; pero era pecador, de origen de pecado y mi luz se lo hace ver; la gracia del Espíritu Santo hace que lo reconozca y mi Padre para santificarlo, lo hace arrepentimiento, entrega y conversión; todo por ese triple resultado de nuestro personal encuentro de los Tres, con la criatura.

5- Pedro representa la Iglesia pecadora peregrinando sobre el mundo.

Es Cabeza visible en representación visible del que Es; por eso, les enseña, en la 1a lección pastoral (magisterial - ministerial) de su misión, a arrepentirse.

Este fue el 1er acto de enseñanza, como Papa, aún sin saberlo, del Pontífice, elegido por Nosotros, en el 1er Cónclave.

6- María no conocía el pecado, no era y no es pecadora. Es nuestra imagen reflejada y visible. Es el marco de perfección para la Iglesia que siendo pecadora, debe llegar a ser perfecta, a nuestra imagen.

Ella se anonada y deslumbra, siendo y sintiéndose pequeña, pequeñísima ante nuestra vista; por que es la criatura; criatura es y será siempre.

Es el reconocimiento de la diferencia de naturalezas, entre el que Es y el que empieza a ser; del que es creado frente al Increado.

7- La lección primera de María no pecadora, es la de reconocimiento de su ser de criatura frente al creador.

8- En la lección Pedro y María se unen, como modelos y como maestros de enseñanza:

Así resulta un acto ejemplar de anonadamiento, de reconocimiento del ser esencial de pecador por la criatura (Pedro) y de criatura en sí frente al creador (María).

9- Síntesis:

* Confesión de criatura y criatura pecadora frente al Creador inmaculado, unico, grande, omnipotente, Dios, Señor. Ustedes hagan esto.

10- El segundo paso en este encuentro es de adoración.

* María y Pedro adoran al que Es.

* Ustedes hagan esto.

* Dediquen tiempo a la alabanza, a la adoración.

* Adórennos !

* Alábennos !

11- El tercer paso en este encuentro es la gratitud; el agradecimiento hacia el que Es, por su generosidad al señalarlos y colmarlos.

* Ustedes agradezcan; sean agradecidos.

* María es Modelo y Maestra en la forma de reconocer y agradecer el Don de Dios.

12- En Síntesis:

* Reconózcanse, humildemente, pecadores y de casta de pecadores, como son, e indignos.

* Reconozcan la grandeza y dignidad de Dios, el Bueno, el Santo de los Santos, el Grande, el Todo Poderoso.

* Adoren y alaben al que Es; por lo que es.

* Agradezcan conmovidos.

* Sean agradecidos.

* Esto los dispone, los dignifica y justifica.

* Por esto, el que Es, los santifica y perfecciona.

* Esto quise enseñarles cuando en mi Evangelio dije: "Sean santos y perfectos como el Padre celestial".

* Al disponerse ustedes, El, que es fiel, cumple su parte de alianza con ustedes: El los santifica y perfecciona.

* Imiten a Pedro, cabeza visible de la Iglesia pecadora.

* Imiten a María, cabeza visible de la Iglesia como debe ser.

13- María y Pedro, se unifican en el magisterio visible de la Iglesia y en su pastoreo.

* Esto fue consumado así, cuando les dije a Juan y a Ella, en el Calvario:

" Hijo: he ahí a tu Madre ".

" Madre: he ahí a tu Hijo ".

* Era un paso nuevo y grande en el misterio de la Iglesia que, de ahí para siempre no estaría desamparada.

La maternidad de María haría presente para siempre mi presencia al lado de la proclividad de los representados por todos los Pontífices, cabezas visibles de mi Iglesia, desde Pedro.

Por hoy basta.

Para que tengan la luz, Yo los bendigo.

Bendiciones,

Bendiciones,

Bendiciones.

Firma JESUCRISTO

5,40 a.m.

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